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martes, 24 de febrero de 2015

¿Qué pasaría si el río Carnero vuelve a su viejo cauce de la calle 48?

El 15 de febrero, la furia del temporal se desató entre La Granja y La Cumbre. El agua ya vino encausada por el río desde lo más alto y solamente hubo daños por donde pasó la crecida.
Pero, ¿qué pasaría si cayeran 300 mm en las laderas Este de las Sierras Chicas? ¿Estamos preparados? ¿Sabemos cómo actuar? ¿Alguien duda que las aguas irían por el viejo cauce que hoy ya está totalmente urbanizado?
No hay que alarmarse, pero debemos aprender de lo que pasó el 18 de diciembre de 2009 y del pasado domingo 15 de febrero de 2015.




Colonia Caroya. ¿Qué hubiese pasado si la tormenta del domingo 15 de febrero se desataba 10 o 15 Km más cerca de nuestra región? ¿Si los 300 mm caían del lado Este de la línea divisoria de aguas de las Sierras Chicas?
Si bien las precipitaciones en nuestra región fueron intensas hace nueve días, no causaron problemas en los sectores poblados porque el agua ya vino encauzada desde lo más alto de las sierras. 
Pero podría haber sido una catástrofe si a San Pedro se le corrían las nubes para este sector. 
El recuerdo más inmediato es el del el 18 de diciembre de 2009, cuando la Calle 48 se convirtió en un río que inundó casas.
Hubo patios y garajes que funcionaban de desagüe porque el agua seguía su camino sin importar si los afectados eran del Lote XV o de otro barrio.
De hecho, quienes viven en esa calle saben que ese era el antiguo cauce del río Carnero. Tarde o temprano, el agua busca su lugar y eso ocurrió hace apenas cinco años.
¿Qué se aprendió desde esa oportunidad? ¿Qué obras se hicieron? ¿Se planificó desviar el agua o solamente se bajó el nivel de la calle para que no hubiera inundados en la lluvia siguiente?
Hace varias décadas que las autoridades miran el problema, lo conocen, lo analizan, pero no concretan soluciones.
El proyecto del derivador al río Carnero desde el camino a Los Molles y el ferrocarril, o por la zona rural de Estación Caroya,  tiene varios años. 
Los “peros” del plan -está a contrapendiente, es una obra millonaria, por citar algunos- terminan ganándole a la necesidad de más de 20 mil personas que piden obras de desagües.
“Si en vez de llover en las Sierras Chicas, lamentablemente para esa gente, llovía 10 Km más acá, el a- gua no iba a ir al rio, se iba a venir por la Calle 48”, señalaron fuentes consultadas.
El 15 de febrero pasado, el Carnero llegó con tanta furia porque concentró toda el agua que cayó, principalmente, entre La Cumbre y La Granja, donde nacen los afluentes. 
Pero, al llegar a Colonia Caroya, el cauce actual no es el original. 
Antes de su desvío, el río pasaba por donde hoy está la fábrica Arcor y seguía una línea perfecta de Oeste a Este hasta llegar a la Escuela Belgrano, para luego continuar su cauce por la que hoy es la Calle 48.
Con ver una imagen actual del Google Earth, se distingue cuál era el curso del agua hace más de un siglo. 
Por más que estén el terraplen del ferrocarril y la Ruta 9, el agua pasa y corre por las calles 124, 48 y todas las paralelas a la Av. San Martín, incluida.
Como en San Carlos Minas.  
“En octubre de 2012 pasamos notas a la Municipalidad con un plan de trabajo y veíamos la Calle 48 como punto de conflicto; ojalá que no suceda en esa Calle 48 lo que pasó en San Carlos Minas”, reflexionó Jorge Uanino, quien lleva .
¿Por qué la comparación con esta tragedia ocurrida el 6 de enero de 1992?
Una lluvia de 300 mm desbordó el río en ese lugar de Traslasierra y el agua retomó un viejo cauce  donde ya había un desarrollo urbanístico importante. El saldo fueron 36 víctimas fatales.
¿Estamos ajenos a algo así? No.
La inundación en sí misma es, como casi todos los eventos geográficos, absolutamente inevitable, pero hay que respetar la “vocación natural” del territorio en lugar de intervenirlo inadecuadamente.
Si terminamos ocupando con urbanización los lugares naturales del paso del agua, solamente queda rezar para que no ocurran tragedias que pueden evitarse.
Párrafo aparte para la prevención: ¿Sabemos cómo actuar ante un hecho de esas características? ¿O seguiremos mirando como curiosos cuando el río viene crecido? 
¿Funciona Defensa Civil? ¿Existe en Colonia Caroya? ¿Hay un protocolo de actuación?
Aún con el dolor de la tragedia que causó el temporal en nuestros vecinos de las Sierras Chicas, todos debemos aprender de lo que pasó y no culpar sólo a Dios y a todos los Santos por las desgracias evitables.

Ariel Roggio. 
Nota publicada en Diario El Despertador

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