La tarifa del gas natural aumentará hasta para quienes consuman lo mismo que el año anterior.
Según se informó, los únicos que se salvarán del aumento serán los que consuman un 20 por ciento menos que el año anterior.
Los aumentos pueden llegar hasta el 300 por ciento.
Rige una tarifa más alta que la vigente en mayo de 2014 y en consecuencia gas será más caro incluso en los hogares que registren el mismo consumo de gas que el año pasado.
Las subas, que dependen de la categoría de usuario, van del 41 al 175 por ciento.
Sólo tendrán el mismo precio –congelado, por cierto, desde hace 15 años– los usuarios que reduzcan 20 por ciento su consumo respecto de 2014.
Como ese precio ya implicaba una reducción respecto de 2013, el precio congelado rige entonces sólo para quienes logren la improbable tarea de bajar su consumo 40 por ciento en dos años.
Por el contrario, si un hogar en 2014 pudo bajar su consumo pero este año no lo logra, los aumentos irán del 109 al 303 por ciento, según la categoría.
La “buena noticia” es que para 2015 no se dispusieron nuevos aumentos ni se redujeron los subsidios que aún se mantienen, y es difícil que eso se anuncie ahora, ya en tiempos preelectorales.
Las subas salariales de 2015 colaboran con morigerar en algo los incrementos de este invierno.
El año pasado, el Ministerio de Planificación de la Nación dispuso dos medidas: aumentó el precio del gas en boca de pozo y redujo el subsidio del costo del gas importado a algunas franjas de usuarios.
A su vez, en cada bimestre el usuario podía tener tres precios diferentes: sin aumentos si ahorraba 20 por ciento o más respecto del mismo bimestre del año anterior; con la mitad del aumento vigente si ahorraba entre cinco y 20 por ciento respecto de igual bimestre del año anterior, y con el aumento pleno si consumía lo mismo o más.
De esta manera, hubo en 2014 nueve precios posibles de gas, en función de qué aumento regía en ese bimestre y de cuánto el usuario hubiera ahorrado.
Para este invierno, hay tres precios posibles de gas en cada bimestre, pero son los que se aplicaron desde agosto de 2014; es decir, los más altos del año.
Por ejemplo, una vivienda categoría R3-2, que abarca a aquellas que consumen entre 1.250 y 1.500 m3 anuales (dos calefactores, cocina y calefón).
Si esta familia gasta entre 5 y 20 por ciento menos de gas de lo que consumió en abril-mayo de 2014, tendrá un aumento del 58,2 por ciento, porque el m3 en este bimestre de 2014 estaba en 22 centavos y ahora está en 34,8 centavos.
Hay que tener en cuenta que para haber pagado 22 centavos, ya había que reducir del 5 al 20 por ciento el consumo respecto de 2013. Por eso, es probable (más, con los fríos anticipados de mayo) que ese hogar no logre reducir el consumo.
En ese caso, esa familia tendrá un aumento del 77,9 por ciento si el año pasado no había ahorrado (de 30,8 a 54,8 centavos el m3). Y si en 2014 ahorró y este año no, la suba será del 149 por ciento, porque el metro cúbico pasa de 22 centavos a 54,8.
Fuente: La Voz del Interior.
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