Cuatro delincuentes fuertemente armados violentaron dos domicilios del barrio privado Barrancas, ubicado sobre la Ruta que conduce a Ascochinga. Entraron a la vivienda donde reside un anciano que permanece postrado y golpearon a su enfermera, exigiéndole que los llevar a la casa del hijo del hombre, que vive en frente. Una vez en la puerta, entraron violentamente y golpearon a una mujer y dos menores de edad; a uno de ellos intentaron picanearlo con electricidad. "Danos la plata", exigían a los gritos mientras daban vuelta todo y preguntaban por el dueño de casa, el Ing Juan Salamone, que habló en exclusiva con FM COMUNICAR 90.7 y contó la terrible experiencia que le tocó pasar a su familia.
Todo comenzó en las primeras horas de la madrugada de este viernes, cuando ya había comenzado la tormenta que azotó la región con fuertes ráfagas de viento, que ocasionó incluso la caída de algunos árboles.
El Ing Juan Salamone vive en uno de los domicilios del barrio Privado Barrancas, junto a su mujer y sus tres hijos menores de edad -el más grande tiene años-; en la vivienda ubicada al frente reside su padre, que está muy enfermo y es cuidado en forma permanente por una enfermera.
Aunque el guardia del country afirmó que no observó nada extraño, las huellas de un auto harían presumir que los malvivientes iban a bordo de un vehículo; encontraron además un boquete en el tejido perimetral del predio de hectáreas.
Alrededor de las de la mañana Salamone recibió el llamado desesperado de su mujer, avisándole lo que había sucedido -él se encontraba en Córdoba colaborando en un servicio sacerdotal de urgencia junto al párroco local, Julio Aguirre-.
De acuerdo a su testimonio, los malviviente, que en principio serían cuatro y actuaron a cara descubierta, ingresaron al domicilio del padre de Salamone, violentando la puerta; llegaron a apuntar con un arma al anciano, que se encuentra postrado.
La enfermera intentó intervenir y los delincuentes la golpearon y le hicieron algunos cortes en la muñeca.
Amenazándola, la obligaron a cruzar a la vivienda de Salamone, al otro lado de la calle, e hicieron que tocara la puerta.
Al conocerla, la esposa del damnificado abrió la puerta y los delincuentes aprovecharon para entrar de una sola patada al domicilio y allí redujeron a la mujer y sus tres hijos.
Los malvivientes empezaron a preguntar: "Dónde está el ingeniero, queremos la plata, la plata".
Todo fue a los gritos e incluso amenazaron con picanear con electricidad al mayor de los niños, de años, aunque finalmente no cumplieron con la maniobra; de todas maneras aplicaron golpes de puño a todos los integrantes de la familia y los apuntaron con armas de fuego.
La dueña de casa les dijo que su marido no se encontraba y que no había dinero en la casa; les ofreció 1.000 dólares en efectivo y un pequeño monto en pesos, que fue lo que finalmente pudieron llevarse, además de varias computadoras portátiles y celulares.
El asalto duró sólo algunos minutos pero fue sumamente violento.
"La amargura de que golpearon a los chicos, a mi mujer, realmente un hecho muy violento. Espero que podamos volver a la tranquilidad que teníamos antes. Uno queda con una sensación de vacío que es muy fea", contó Salamone mientras esperaba a su esposa, que estaba realizando la denuncia en la Unidad Regional Departamental Colón.
Y añadió: "Entraron cuatro delincuentes en la casa de mi padre y luego cruzan amenazándola a la enfermera, cruzan buscando plata, oro, yo no manejo plata en efectivo, buscaban eso, estaban con un dato y querían 'plata, plata, plata'".
Salamone confirmó que a su hijo mayor "lo quisieron picanear" y que la única que no recibió golpes fue "la nena" más pequeña.
Admitió además que la seguridad de Barrancas es "muy ligth", dado que los guardias ni siquiera portan armas.
La Policía investiga el caso.
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