Todo comenzó por la denuncia de un
vecino por la música alta en un evento privado.
Por la detención de una persona
que tenía pedido de captura, comenzaron las agresiones del resto de los asistentes.
Hubo daños a móviles y dos policías
resultaron lesionados.
Aquí la crónica de la salvaje
historia
Dos uniformados resultaron con
traumatismos en pómulo y omóplato, respectivamente, cuando procedían a la
detención de una persona que tenía pedido de captura y que se encontraba en una
fiesta privada de calle Independencia al 1000, el pasado día domingo en horas
de la madrugada.
El hecho ocurrió alrededor de las
cuatro de la mañana por requerimiento de Inspectores Municipales, debido a que
en la vivienda se llevaba a cabo un encuentro privado con música a alto volumen
y cuando quisieron actuar, fueron agredidos por los concurrentes que les
arrojaban piedras.
Los uniformados llegaron al lugar y
dieron final al evento con consentimiento del propietario.
Cuando se estaban retirando los
invitados, observaron que había un menor de edad sobre el que pesaba un pedido
de captura por fugado del Complejo Esperanza.
El menor es aprehendido, hasta que
en un momento se zafa de los policías, propinándole un golpe de puño en el
rostro a uno de los uniformados, pero es rápidamente reducido.
El resto de los concurrentes,
comenzaron a arrojar piedras y otros elementos contundentes contra los
efectivos, golpeando al otro en el omóplato, como también provocaron daños a
dos unidades móviles, como parabrisas, parrillas, lunetas.
Uno de los uniformados quedo
internado para observación ya que el trauma en la espalda había sido fuerte,
mientras que el otro fue dado de alta con un golpe en pómulo derecho.
El aprehendido fue trasladado
nuevamente al Complejo Esperanza donde quedara alojado a disposición del
Juzgado de Menores de Jesús María.
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