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| Las motocicletas deben retirarse del depósito municipal con el caño de escape original. |
Es una de las mayores quejas que se receptan por parte de los vecinos desde hace varios meses, sin embargo nunca intervinieron para controlar a quienes circulan en esas condiciones, especialmente los domingos a la noche.
La Guardia Urbana Municipal y la Comisaría de Jesús María forman parte de los operativos.
En este último tiempo, las tareas de los integrantes de la Guardia Urbana Municipal están abocadas en su mayoría al secuestro de motocicletas que presenten algún tipo de alteración en los escapes.
La Comisaría de Jesús María colabora con los operativos, ya que el comportamiento de los conductores muchas veces entorpece el trabajo de los inspectores.
La coordinadora de la Guardia Urbana Municipal, Nora Arce, aseguró que "se trata de un grupo de jóvenes con conductas problemáticas y desafiantes".
"Estamos tratando de contrarrestar esta problemática más allá de que los operativos se dificultan cuando se dan a la fuga", puntualizó.
Cuando se verifica la infracción, se secuestra la motocicleta y es trasladada al corralón municipal ubicado en la calle Vicente Agüero. El Juez de Faltas determina el monto de la multa y se libera una orden para que el propietario del vehículo cuando se presente a retirarlo desmantele el caño de escape. "La motocicleta debe salir del depósito con el caño de escape original y con los decibeles medidos", señaló Arce. La legislación municipal establece un máximo de 78 decibeles.
Los controles son aleatorios, y el número asciende los fines de semana. La idea es tratar de identificar a la mayoría de los conductores.
Por ello, desde la Guardia Urbana Municipal se solicitó a la población que haga las denuncias correspondientes cuando se observe a jóvenes generando ruidos molestos. "De esta forma se colaborará con la tarea de los inspectores que es muy compleja", dijo la coordinadora.
La Comisaría de Jesús María colabora con los operativos, ya que el comportamiento de los conductores muchas veces entorpece el trabajo de los inspectores.
La coordinadora de la Guardia Urbana Municipal, Nora Arce, aseguró que "se trata de un grupo de jóvenes con conductas problemáticas y desafiantes".
"Estamos tratando de contrarrestar esta problemática más allá de que los operativos se dificultan cuando se dan a la fuga", puntualizó.
Cuando se verifica la infracción, se secuestra la motocicleta y es trasladada al corralón municipal ubicado en la calle Vicente Agüero. El Juez de Faltas determina el monto de la multa y se libera una orden para que el propietario del vehículo cuando se presente a retirarlo desmantele el caño de escape. "La motocicleta debe salir del depósito con el caño de escape original y con los decibeles medidos", señaló Arce. La legislación municipal establece un máximo de 78 decibeles.
Los controles son aleatorios, y el número asciende los fines de semana. La idea es tratar de identificar a la mayoría de los conductores.
Por ello, desde la Guardia Urbana Municipal se solicitó a la población que haga las denuncias correspondientes cuando se observe a jóvenes generando ruidos molestos. "De esta forma se colaborará con la tarea de los inspectores que es muy compleja", dijo la coordinadora.
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