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miércoles, 24 de diciembre de 2014

Angustiado por la inseguridad, un hombre de 79 años murió horas después que intentaran robarle

Un hombre se hizo pasar por empleado de la Cooperativa de Servicios Públicos, ingresó a la vivienda engañando a una anciana y le revolvió toda la habitación buscando elementos de valor, pero sin robar nada. El esposo, al enterarse de la situación, se afligió todo el día y su corazón no aguantó.

Una mujer fue engañada por un sujeto que se hizo pasar por empleado de la Cooperativa de Servicios Públicos. El caso terminó con angustia y dolor.

Ocurrió el jueves 11 de diciembre, a media mañana, en una vivienda de calle Don Bosco.

La abuela se encontraba regando en la vereda cuando se acercó un hombre que dijo que lo enviaban de la Cooperativa a revisar el nivel de cloro del agua.

Entró en confianza y la mujer le permitió el acceso a la casa: primero al patio, donde comenzó a golpear la canilla con una llave que te- nía en la mano.

Luego logró que le diera paso al interior de la vivienda, siempre manteniendo un diálogo cordial y averiguando datos sobre quiénes vivían en ese domicilio. Inclusive, le preguntó dónde estaba el esposo y a qué se dedicaba.

En un momento, el faso empleado entregó un aparato a la mujer y la obligó a que midiera la presión del agua de la ducha, mientras él estaba en la cocina.

“Cuando estaba en el baño, este tipo me cerraba la puerta que conecta con la cocina y yo iba y la a- bría; intentó meterse en los dormitorios, pero le cerré la puerta”, dijo la mujer.

Igualmente, el hombre logró escabullirse por entre las habitaciones para buscar algo de valor.

En un momento, le dijo a la señora que, internamente, estaba todo bien y que había que revisar una última canilla que estaba en el patio.

La hizo desenrollar la manguera que estaba conectada y salió de la casa diciendo que iba hasta el auto a buscar otro elemento de medición.

Sin embargo, nunca más volvió.

Cuando la mujer se dio cuenta, ingresó nevamente a la casa y se dio con que uno de los dormitorios estaba todo revuelto.

La cama estaba corrida y el ropero tenía todos los elementos movidos, pero no faltaban cosas de valor.

El esposo de esta mujer llegó a los pocos minutos y se enteró lo sucedido.

La angustia fue muy grande para este matrimonio, que había recibido la visita de un ladrón que ya sabía todos los movimientos del hogar.

Llamaron a la Cooperativa y les respondieron que desde la entidad no habían enviado a nadie y les informaron que los empleados no tienen autorización de ingresar a las viviendas, salvo que sea una visita programada y solamente para casos de telefonía o internet. En caso contrario, no tienen motivos para entrar.

Informaron a la Policía, que llegó al domicilio y constató que no hubo faltantes, por lo que no hubo denuncia por robo.

El hombre, de 79 años, pasó la noche atemorizado: no pudo dormir por el miedo y a la madrugada se armó con una cuchilla de gran tamaño.

Aparentemente, por la angustia que le generó la situación que ha- bía vivido su mujer, al día siguiente, a primera hora, sufrió un infarto y falleció.

Textos: El Despertador

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