Jesús María
Un joven de 23 años fue brutalmente asaltado en Colonia Caroya y auxiliado por ocasionales transeúntes. Después de ir a la Policía concurrió al Hospital Vicente Agüero para ser atendido y le respondieron que no iban a hacerlo. Le negaron un chequeo en dos oportunidades hasta que regresó acompañado por un móvil policial.
El testimonio de su novia, que refleja indignada esta terrorífica historia
La novia de un joven de 23 años contó detalles de lo que tuvo que vivir su pareja tras ser víctima de un hecho de asalto en Av San Martín al 800 de Colonia Caroya.
Cuando regresaba a su casa el martes por la noche en bicicleta, fue interceptado por tres sujetos que estaban en una parada de colectivos.
Sin mediar palabras uno de ellos lo arrebató con un elemento contundente y lo golpeó en la cabeza, haciéndole perder el equilibrio.
Ya en el piso, los malvivientes lo siguieron golpeando y lo despojaron de su billetera y la bicicleta en la que circulaba.
Vecinos del sector lo auxiliaron y lo trasladaron a la Comisaría de Colonia Caroya, desde donde regresó con la Policía y, tras un rastrillaje, pudieron encontrar la bicicleta en un terreno baldío cercano.
En ese momento no le tomaron la denuncia y el joven volvió a su hogar, pero su novia -que habló con nosotros- le pidió que fuera al Hospital Vicente Agüero a realizarse un chequeo ya que tenía una herida cortante en la cabeza y golpes en la cara.
Cuando llegaron a la Guardia Central del Hospital, los médicos que estaban de turno le respondieron algo increíble: "No atendemos víctimas de robo".
Les recomendaron regresar a la Comisaría y, resignados, así lo hicieron; concurrieron a la Departamental Colón, pero allí les dijeron que la médica policial no estaba, que en el Hospital tenían que atenderlo.
La víctima del asalto volvió nuevamente al nosocomio provincial, pero los médicos volvieron a negarse a atenderlo, por lo que decidió ir nuevamente a la Comisaría Caroyense.
Allí tampoco les dieron una respuesta inmediata y le dijeron que no podían hacer nada.
La víctima y su novia emprendieron viaje hacia su hogar nuevamente, pero cuando estaban en viaje los llamaron desde la Comisaría y les dijeron que un móvil policial iba a trasladarlos al Hospital.
Así lo hicieron y fue allí cuando recién lo atendieron.
Lo peor del caso es que el damnificado de este hecho delictivo todavía no pudo recuperar su bicicleta, con la que va a trabajar todos los días porque aún la tiene secuestrada la Policía.
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