Cinematográfico
asalto y persecución en Colonia Caroya
Era una mañana normal para Mónica Balverdi. Sus dos pequeños hijos estaban en el Jardín de Infantes y ella atendía su negocio de calle 26 y 47, la librería Milagros, donde en realidad ofrece un polirrubro.
Un Renault 18 estaciona en frente y baja un sujeto mayor de edad. Mónica le abre (es necesario tocar timbre para entrar) y el tipo pide comprar unos autitos de juguete de Cars.
A la mujer, de 36 años, le parece un rostro conocido. No imaginó nunca el calvario que viviría minutos después.
Sin titubear, el “cliente” cruzó el mostrador, sacó un arma, apuntó a Mónica, la hizo arrodillar y la obligó a que no levante su cabeza. Le pidió plata y recibió las indicaciones de la mujer sobre los lugares donde había dinero. Le preguntó si estaba sola. Contestó que ni su marido ni sus hijos se encontraban en la casa. Con el escenario a su favor, llamó a un segundo delincuente.
A la comerciante la llevaron al baño y allí la ataron de manos con unos cordones de zapatillas que ella misma vende. Los pies quedaron atados con el cordón de la bata de baño.
Con la víctima inmóvil, los tipos comenzaron a revisar toda la casa.
Mónica no se quedó quieta: logró desatarse los pies y salió caminando. Se asomó al pasillo y vio que los ladrones estaban en la pieza del fondo. En silencio llegó hasta la puerta principal y con las manos atadas logró hacer girar la llave y escapar.
Llegó hasta la casa del vecino, mientras el Renault esperaba a los otros dos estacionado a la vuelta de la librería, por lo que el tercer sujeto no vio cuando la mujer logró huir.
Llamaron al 101, pero no daba. Mónica recordó el teléfono del Comando de Acción Preventiva de Estación Caroya (466600) e informaron todo. Estaba la gran oportunidad de atraparlos ahí.
Pero todo cambió su rumbo cuando la víctima y el vecino advierten que una mujer estaba por entrar a la librería. A los gritos, le dijeron: “¡Andate! ¡No entres!”.
El ruido alertó a los dos que estaban adentro de la casa, que huyeron rápidamente con un botín de unos 11 mil pesos (de los cuales 8 mil eran de la Cooperadora de un Jardín de Infantes).
Corrieron hasta el Renault y se fueron como si nada hubiera pasado, sin saber que atrás aparecía un móvil del CAP que los comenzó a perseguir.
Tiros, lío…
La persecución fue de película: el auto marrón comenzó a circular a gran velocidad por calle 46, luego por 47 y por 48. Siempre en sentido Oeste-Este.
A la altura del 3200 de la calle 48, el Sgto. Ayte. Mario Agüero, a bordo de una camioneta Nissan del CAP, los vio derrapar y los esperó de frente.
En ese momento, se “descolgaron” los dos tipos que habían entrado a la casa de Balverdi y en el Renault quedó solo el conductor, que igualmente encaró al CAP y le disparó.
Milagrosamente, la bala pegó en el espejo retrovisor izquierdo. El Sargento respondió con otro disparo que dio arriba de la rueda delantera izquierda.
La persecución siguió por calle 48. Cruzaron la Pedro Patat a toda velocidad. Algunos dicen que iban a los tiros.
Saliendo del Bº IPV, la calle comienza a tener varios barrancones. Uno de ellos, el más profundo, terminó de hacerle perder el control al fugitivo.
En la esquina con calle 56, el Renault agarró el borde de la esquina, se elevó y cayó en la banquina, atascado en el bordo de la calle. Ya no había salida.
Pero el ladrón se bajó y salió disparando hacía la chacra. Cruzó unas higueras y se perdió entre las malezas.
Eran las 11 de la mañana y la Policía se movilizaba en su totalidad para dar con los delincuentes, que estaban esparcidos por la ciudad.
Tras el cinematográfico asalto y persecución, la Policía debió dividirse para poder ubicar a los tres sujetos.
Tras quedar atascado en calle 56 y 48, el conductor –que previamente se había tiroteado con la Policía, se metió entre las chacras.
Las unidades móviles rodearon el lote ubicado entre Av. San Martín y calle 48 y entre 56 y 60.
Sabían que el ladrón estaba ahí –o podría estar-, por lo que pidieron la ayuda de la División Canes de la Policía de Córdoba que llegó cerca de las 14.
El operativo fue negativo. No pudieron ubicar al ladrón, pero si encontraron entre las malezas un cartucho de un revólver calibre 32. El arma no estaba ni en el auto ni en la chacra.
Paralelamente, se montó un operativo en la calle Pedro Patat Sur, a la altura del puente del río Carnero.
Si bien la ciudad tiene muchas salidas por la zona rural, la calle asfaltada es la más rápida.
En el operativo, hicieron frenar la marcha de un remis de la empresa La Plaza de Colonia Caroya.
A simple vista, la actitud era sospechosa. El cliente venía sentado adelante.
Lo hicieron bajar y notaron que tenía las zapatillas mojadas y los pantalones con marcas de yuyo y pasto.
Cuando lo palparon, encontraron en sus bolsillos delanteros del jean la suma de 11.660 pesos en billetes de diferente denominación.
El sujeto, de 29 años, oriundo de Argüello, Departamento Capital, quedó detenido por Robo Calificado.
Aún quedan dos personas prófugas y unos 1200 pesos en monedas que también se llevaron de la librería Milagros.
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